Dios te ama tanto, tal como eres ahora mismo. No hay nada que puedas hacer para que Él te ame más o menos. Por ese amor, envió a Su Hijo, Jesús, a morir para pagar la pena por el pecado que nos separa de Él. Y luego resucitó: volvió a la vida como la victoria definitiva sobre el pecado y la muerte.
“En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Hechos 4:12
La salvación es un regalo de Dios y no se puede ganar con nuestros propios esfuerzos. Aceptas este regalo al poner tu fe en la muerte y resurrección de Jesús y al elegir vivir tu vida de acuerdo con Su Palabra. Si has estado viviendo apartado de Dios y estás listo para recibir el regalo de la salvación y entregarle tu vida, puedes hacerlo ahora mismo, dondequiera que estés.
Jesús es el Hijo de Dios, el Salvador del mundo. Es Dios hecho hombre, quien vino a la tierra para enseñarnos la verdad, mostrarnos el amor de Dios y dar su vida en la cruz para salvarnos del pecado. Resucitó al tercer día, venciendo la muerte, y ofrece vida eterna a todos los que creen en Él. Es el Camino, la Verdad y la Vida.
Estás a sólo unos pocos pasos de entrar en una relación con Jesucristo.
Reconoce que eres un pecador que necesitas un Salvador y pide perdón por tus pecados.(Romans 3:23)
Cree que Jesús murió y resucitó para pagar el castigo por tus pecados y darte nueva vida en Él. (John 3:36)
Arrepiéntete de tus pecados, alejándote de una vida apartada de Dios y confiesa a Jesús como tu Señor y Salvador. (Acts 3:19)
Entregar tu vida a Jesús es el primer paso, pero descubrir cómo ser más como Cristo y crecer en tu fe son compromisos de por vida.
Si estás listo para dar este paso, haz la oración que aparece a continuación. Estas palabras no tienen nada de especial, así que siéntete libre de hacerlas tuyas. Lo importante es que reconozcas tu necesidad genuina de Dios, tu fe en Jesús y te comprometas con Él.
Padre celestial,
Vengo a ti. Reconozco que soy pecador y que necesito un Salvador.
Creo que Jesus es el Hijo de Dios y el Salvador del mundo.
Hoy, hago de Jesús el Señor de mi vida.
Creo que Él murió para que yo pudiera ser perdonado y resucitó para darme vida.
Escribe mi nombre en el libro de la vida y que nunca sea borrado.
Recibo esta nueva vida por medio de tu Hijo Jesus. Hoy, yo Soy un hijo(a) de Dios.